29.12.11

Con permiso para la vagancia


Después de todo, hasta la RAE avala la vagancia ya que, según esta entidad, las vacaciones se refieren al "descanso temporal de una actividad habitual, principalmente del trabajo remunerado o de los estudios", y descansar es justamente dormir o reposar para reponerse del cansancio... La clave está en no tomárselo tan a pecho... No, esperen... ¡La clave está en tomárselo a pecho!



27.12.11

Diciembre apocalíptico

Al parecer,  la última semana de diciembre es la mejor del año. La gente parece haberse tatuado una sonrisa en la cara, y no hay una sola persona que se prive de las típicas frases como "Felices fiestas", "Felicidades", "Que la pase(n) muy lindo", "Que tenga(n) una linda navidad y un próspero año nuevo", etc. etc. etc. Todos parecen ser extremadamente amables y respetuosos... ¿Sinceridad pura o pura cortesía?

Esta es la semana de la locura: gente por toooodooos lados; colas en cuanto negocio, bar, shopping, local, estacionamiento, caja, cajero, supermercado, semáforo, colectivo encuentres; precios por las nubes; ofertas berretas; adultos desesperados por la comida; niños que esperan la llegada de Papá Noel y, con él, los regalitos taaaan ansiados: premios que reciben por el simple hecho de haberse "portado bien"; periodistas y médicos que recomiendan NO usar pirotecnia; falsos Santas por las calles de la city*; nutricionistas que recomiendan no tirar la chancleta en la última semana del año y cuidarse en las comidas/bebidas; películas navideñas sobre padres que se olvidan a sus hijos, niños que luchan por un regalo, familias felices comiendo alrededor de una mesa repleta de comida, adultos que buscan una familia con quien pasar las fiestas, parejas escapando de sus suegros, y... (Sr. lector, usted complete la lista).

Es así, la semana del 24 al 31 de diciembre parece ser el Apocalipsis.

La verdad es que el 24 te sentás a la mesa, comés, compartís con todos una anécdota graciosa, respondés la típica pregunta de la abuela o de la tía que no recuerda aquello que le explicaste mil veces durante el año, jugás con los más chiquitos de la flia., abrís regalos y (si no te gustan) disimulás con un simple: "¡Qué diviiiiiiiinooooo!", te reís, mirás a cada rato el reloj para controlar que no se te pase el momento del brindis, te acordás de los que no están y dejás que se te pongan los ojos vidriosos por unos segunditos, salís a ver los fuegos artificiales, no podés creer que ya estés festejando navidad una vez más; abrís los ojos y así, como por arte de magia, tu calendario te recuerda que ya es 31 y tu reloj te apura para llegar a la cena familiar; revivís lo del 24, con la diferencia de que no abrís regalos... Son las 00:00hs, levantás la copa y pensás en lo que vendrá y en lo rápido que se pasó el año...

No quisiera caer en el cliché, pero... ¡FELICIDADES PARA TODOS!




*Sres. comerciantes: Recuerden que NO estamos en el Gran País del continente americano; acá en el Sur la Navidad se festeja con 40º C, ténganlo presente el próximo año cuando quieran darle el trajecito rojo y blanco a sus empleados. Gracias.

12.10.11

Mezcla de sosiego y vorágine

Siempre el mismo recorrido, las mismas calles, las mismas casas, los mismos autos, los mismos negocios, la misma gente. Siempre, desde hace mucho tiempo.

Camina unos pasos, llega a la esquina, cambia de calle y comienza a recorrer la calle de la gran pendiente; en lugar de bajarla, la sube, por lo que tiene que realizar un esfuerzo para seguir caminando.

               s 
                                                                                     e      t
                                                                                   u           a,
                                                                                c                pero
                                                             pendiente                   uno  
                                                           la                                           termina    
                                                   Subir                                              acostumbrándose.

En la calle de la pendiente sabe que encontrará al señor que usa chaquetilla anaranjada y cuida los autos. Un señor petisito que causa mucha ternura; tiene cara de hombre noble. Siempre come sentado en un cajón de madera, sí, el mismo cajón de madera en el que se guardan las frutas. Usa una gorra para protegerse del sol. Todos en la cuadra lo conocen. Si pasás a la mañana, lo vas a ver hablando con el encargado de uno de los edificios y con el señor de la oficina. Siempre se juntan los tres a charlar e intercambiar opiniones sobre distintos temas: clima, fútbol, política, noticias internacionales, chismes del barrio... Nunca los escucharon hablando de mujeres...

Sigue caminando y llega a la otra esquina, por suerte acá se termina la pendiente. Cruza la avenida y camina por la calle que la corta. Cuando llega al semáforo, percibe la locura de la ciudad. En la cuadra de la pendiente todo era tranquilidad y silencio. No pasaban autos, no se escuchaban bocinas, no pasaba nada de todo eso...




                                                                                        

6.10.11

Hoy: Buscar departamento

Bueno, la cosa es así... resulta que se me vence el contrato a fin de mes y, después de haber renovado varias veces el papelito que certifica que me quedaré en el inmueble, decidí mudarme. Más adelante explicaré el motivo.

Daia: - Hola. (Al Sr. Diariero del puestito de diarios y revistas de acá a la vuelta).

Sr. Diariero: Hola. (Acto seguido: mirada expectante).

Daia: - Eeehh, ¿tiene La Voz?

Sr. Diariero: - Sí.

Daia: - Bueno, lo llevo.

Pago y me voy a mi casa esperando sentarme tranquila con una birome roja en la mano (la birome roja resalta en los clasificados, casi tanto como las correcciones de los profes en los exámenes; ¿la birome roja te da poder? Me fui por las ramas). Bueno, como decía, espero sentarme tranquila con una birome roja en la mano y comenzar a leer varios avisos de los que gentilmente ofertan sus propiedades.

Leo uno, otro, otro, otro, otro, otro y otro más... Y sigo leyendo.

(Nota: Leer los clasificados te lleva tanto tiempo como leer blogs; la diferencia está en que no es el mismo entretenimiento, pero por lo menos leyendo los avisos chiquititos, chiquititos del diario -¿Por qué el tamaño de la letra es tan microscópico? ¿Seré la única que fue privada de la visión sin ayuda?- uno se entera de lo que tienen los que ofertan, de lo que piden, de lo mucho o poco que puede entrar en un inmueble y, lo que a mí más me llama la atención es la cantidad de HORRORES ortográficos que tienen los que intentan convencerte de vivir en su propiedad: a esos ni los marco, por más que sean los mejores dptos. Aviso con errores = dueño que no merece mi colaboración monetaria a fin de mes).


Después de marcar los que más te convencen, empieza la verdadera odisea: llamar a cada uno, preguntar cuánto piden por el alquiler, cuánto se paga de expensas, cuánto de impuestos y un par de cositas más que te interesen saber.

Primera llamada:

Daia: - Hola, sí, mirá te llamo por un dpto. en (calle en la que está ubicado).

Receptor: - Ya está alquilado.

Tu, tu, tuuu...

Muy amable el Receptor de la primera llamada. Si empezamos así...

***

Segunda llamada:

Daia: - Hola, sí, mirá te llamo por un dpto. en (calle en la que está ubicado).

Receptor: - Sí, bueno, te cuento... Blah, blah, blah... (Te piden mil cosas que son imposibles de pedir para ese dpto. de morondanga).

Daia: (Quedátelo nomás ¿sabés?, lo vas a alquilar el día que las vacas vuelen, ¡Payaso!)

***

Miro el diario, miro mi cuadernito en donde tengo anotados los dptos. que conseguí mientras caminaba mirando hacia arriba, tratando de detectar un cartel con la frase "Se alquila" seguida de un par de números que indicaban el teléfono al que tenía que llamar. Sigo mirando las anotaciones en rojo, los círculos... Miro y no veo nada. No me decido, todos me parecen lo mismo. Ya no me dan ganas de seguir buscando. En ese momento me invaden unas ganas terribles de quedarme en el mismo dpto. de hace años.

***

Ya perdí la cuenta de las llamadas, pero acá va otra.

Daia: - Hola, sí, mirá te llamo por un dpto. en (calle en la que está ubicado).

Receptor: - Ah, sí, sí, bueno ese tiene blah, blah, blah... Por mes sería blah, blah, blah...

Daia: - ¿Podría verlo?

Receptor: - Sí, mirá a ese lo estoy mostrando a las (hora).

Daia: - Bueno a esa hora estoy ahí.

Receptor: - Listo, nos vemos ahí. Chau.

Daia:  - Chau. (Al fin puedo ver alguno).

Y este es el momento en el que te llenás de dudas y empezás a pensar que el dpto. debe ser una porquería o debe tener algo ¡¡¡porque encontraste uno para ver!!! Pero vas igual y decís: "No, seguro que le entregaron la llave hace poquito y por eso todavía nadie lo alquiló".

Acá empieza la segunda odisea: entrar a todos los edificios a los que te mandan, tratar de chusmear lo que más puedas del edificio y detectar qué tipo de personas viven ahí y si tiene o no problemas de agua, luz, humedad, espacio, ruidos, perros, viejos ortivas que no quieren vivir en el mismo piso (y hasta en el mismo edificio) que los estudiantes, seguridad, luz solar, ventilación, antigüedad y podría seguir pero son tantas las cosas que uno tiene que tener en cuenta cuando busca un nuevo techito que me estreso de sólo pensarlo.

Vuelvo a preguntarme por qué se me ocurrió mudarme y recuerdo que hace un par de años decidí irme a vivir sola (no dije "independizarme", dije "vivir sola"; léase que decidí no vivir más con una amiga y quise "armar rancho aparte"). Muy linda la convivencia conmigo misma, pero eso lo comentaré en otra entrada. Este año cambiaron un poco las cosas y, debido a que mi hermana comenzó su vida universitaria, dejé de vivir sola. El dpto. quedó chico para las dos y mis viejos aceptaron no renovar más el papelito. "Busquen otro dpto.", dijeron. Y por la segunda persona plural del modo imperativo, entiéndase la segunda persona singular del mismo modo cuyo sujeto es "Daia". (Debe ser la responsabilidad que tienen los  hermanos mayores).

Seguimos en la búsqueda... Ya encontraremos algo.

-Todavía tienen unos días hasta que se venza el contrato), dijo Eze, un chico de una inmobiliaria.

Lo miré y pensé: "¿unos días?, ¡¡¡unos díaaaassss!!!" Eso significa que la odisea no se termina, que continuará por "unos días" más...

AVISO: Buscar departamento NO es tarea fácil. #yoteavisé



5.10.11

It's a fact!



El tiempo que uno pasa leyendo las palabras que un (des)conocido escribe en un blog, 
¡NO es tiempo perdido!



¿Habrá sucedido? Tal vez en algún lugar, en algún momento

Hace mucho tiempo, ella y él eran amigos, muy buenos amigos.

Los que saben, cuentan que ella, con el tiempo, llegó a enamorarse de él. Él siempre lo negó; decía que eso no podía ser posible, que sólo eran amigos. Ella sabía que no podían ser más que eso: amigos. La amistad no era un problema; para ellos ser amigos estaba bien (y más que bien también).

Ambos disfrutaban su amistad, se llevaban muy bien. Disfrutaban esas conversaciones en las que intercambiaban saberes culturales. Ella era más grande que él y sabía muchas cosas que él desconocía. Podría decirse que ella era su profesora en cuestiones culturales, aunque esa frase suene medio cursi. Él era muy alegre, tal vez no haya sido tan cultural como ella, pero disfrutaba mucho (muchísimo) de sus charlas. Su espontaneidad le robaba sonrisas a ella. Disfrutaban mucho estando juntos. Inventaban apodos y palabras (hasta podría decirse que tenían su propio idioma); intercambiaban ideas, saberes culturales, conocimientos; leían; cantaban (ella tocaba la guitarra, él le ponía letra a esas simples melodías); se complementaban; compartían más de lo que comparten los amigos.

Se acompañaban en todo momento, se hacían muy bien...

***

Pasaron los días, los meses y los años. Dejaron de verse. Crecieron. Se volvieron adultos (no, viejos no, adultos). Cada uno siguió con sus vidas, con sus cosas.

No viven más cerca. No se juntan más a charlar sólo porque sí.

De vez en cuando se escriben algún que otro mail: "Hola, ¿cómo andás?, ¿qué es de tu vida?" Un par de líneas sobre la rutina de cada uno. "Un beso muy grande. Cuidate. Te quiero mucho. Espero verte pronto".

***

Él la extraña, ella no lo sabe. Él tiene ganas de que se vuelvan a juntar y de que compartan la cotidianeidad del pasado, aunque sea por un día. Aquella era una amistad muy linda y muy distinta a la que ambos habían tenido y tienen con otras personas.

¿Volverán a juntarse? Tal vez en algún lugar, en algún momento...

4.10.11

Eternal Sunshine of a Spotless Mind (*)

A veces quisiera no pensar tanto en vos, no recordar lo que fue y no soñar con lo que podría haber sido...

Mirar tus fotos no me ayuda a pagar la realidad.

Aquellos momentos que alguna vez iluminaron mi corazón y mi alma, hoy son recuerdos que entumecen todo mi ser.

Es triste saber cómo algo tan hermoso puede desvanecerse de la noche a la mañana (aunque, en realidad, se sabe que eso no se acaba de la noche a la mañana; es un proceso, claro, pero uno se encuentra sin la otra persona de la noche a la mañana. Y lo peor es que uno pone todas las expectativas, los planes , los sueños en la otra persona; bueno, en realidad, uno sueña junto con la otra persona, planea junto con la otra persona).
       
                                           Y de golpe t
                                                                  o
                                                                   d
                                                                     o
                                                                     se
                                                                        d
                                                                          e
                                                                           s
                                                                            m
                                                                              o
                                                                                r
                                                                                 o
                                                                                   n
                                                                                    a,
                                                                                      ya no queda nada...

Es parte de vivir, es parte de amar, es parte de crecer...

Si tan solo pudieras regalarme un ratito de tu tiempo y escuchar lo que tengo para decirte... Te agradecería muchas (muchísimas) cosas, te putearía por otras tantas cosas, te abrazaría, te miraría a los ojos y buscaría a aquella persona que yo conocía como la palma de mi mano, buscaría a aquella persona que conocía más que a mí misma, pero...¿te encontraría? Ya no espero encontrar a ese chico adolescente por su edad pero adulto por su forma de pensar y vivir la vida. Sé que hoy encontraría lo opuesto: un adolescente en cuerpo de adulto.

De una cosa estoy segura: encontraría la mirada de niño bueno, de joven noble y confiable, de adulto amable y tranquilo. Esa tranquilidad tan típica tuya. Esa paz que yo tanto admiraba. A VOS te admiraba.

Hoy ya no hablo con tristeza;
hoy ya no digo: "Cuánto me cuesta superar todo ésto";
hoy hablo desde los recuerdos...
Ya no siento bronca;
ya no busco respuestas que aclaren mis preguntas (retóricas);
ya no espero volver a tenerte a mi lado;
ya no imagino un futuro juntos;
ya no...

Hoy prefiero agradecer por haber vivido junto a vos tantas cosas (lindas y no-tan-lindas) y por haber conocido a aquella hermosa personita.

Hoy te agradezco por ser parte de mi pasado.

(*) Nótese la ironía del título.


22.9.11

21 de septiembre

Hoy es el día de (no el día D, sino el día “de”):


* el fotógrafo,

* la sanidad,

* la paz,

el estudiante,

* el rock progresivo(sí, yo también me acabo de enterar),

* la cosmetóloga,

* el economista,

* la ciencia y la tecnología (en Buenos Aires),

Sin embargo todos recordamos esta  fecha porque festejamos el día de la primavera. Para nosotros, los argentinos,  la tercera estación comienza el 21 de septiembre. A la mayoría de las personas les gusta esta época del año; es una época templada en la que renacen las flores y los árboles vuelven a vestirse de verde. Dicen que en esta estación las hormonas de los adolescentes se revolucionan, que la gente se enamora (o se ilusiona) más en esta época…todos parecen estar más alegres y dispuestos a divertirse.
La primavera es el mes de la juventud, ¿será por eso que en el aire se respira ese espíritu jovial? Los días comienzan a ser más largos y las noches, al ser más calurosas, “pintan” para salir a tomar  una cervecita con amigos a algún bar o para juntarse en algún lugar a charlar y pasar el tiempo. Usamos ropa más liviana y dejamos de lado los colores oscuros como el chocolate, el negro y el gris para cambiarlos por colores pasteles e incluso por aquellos más llamativos. Y esto nos lleva a ver todo más colorido, a percibir la fragancias de las flores y a cambiar nuestro estado de ánimo.
Todos esperamos el 21 de septiembre para festejar en un parque, una plaza, un patio, una escuela, un club o en cualquier otro lugar junto a nuestros amigos la llegada de la estación que parece inyectarnos una dosis de vida y alegría casi a fin de año, justo cuando pensamos que no nos queda más energía para terminar el año.











19.9.11

Querer es poder


SUERTE. Buena suerte. Golpe de suerte. Tener suerte.
La RAE propone distintas acepciones para la palabra suerte, pero me quedo con la cuarta: "Causalidad a que se fía la resolución de algo". Sí, eso es lo que pasa, dejamos todo echado a la suerte. Si te va bien es porque la suerte estuvo de tu lado; si te va mal, tenés mala suerte. El esfuerzo no vale, las circunstancias no cuentan, fue sólo la suerte.
Cuando era chica la suerte consistía en sacar el palito más largo de todos, tirar la moneda y obtener cara o cruz, jugar a "pan y queso" y pisar al otro o al "1, 2, 3" y apretar el dedo gordo del otro, tirar los dados y sacar  el 6, cantar "de tin marín de do pingüé"... Inocencia.
Ahora de grandes no podemos deliberar la suerte con un simple juego de niños. Sería muy simple e ingenuo; sin embargo, los adultos no paran de repetir: "Suerte", "buena suerte", "mucha suerte" y bla bla bla. ¿No es lo mismo que antes? Seguimos siendo aquellos inocentes que creían que nuestro éxito o fracaso se da(ba) por algo más que por nosotros mismos.
No existe la suerte. Logramos lo que deseamos porque nos lo proponemos y no obtenemos los mejores resultados cuando no "le ponemos garra".

16.9.11

Pocas probabilidades de lluvia


Miro por mi ventana y veo que el cielo luce un color extraño; no es normal que al anochecer se vista con ese manto claro. Me asomo y siento que una brisa densa se esfuerza por tocar mi rostro. 
...

Vuelvo a mirar por mi ventana y veo que ahora el cielo viste su manto nocturno. La brisa se tornó fría. Bajo la mirada, veo gente correr, autos a toda velocidad. 


La tormenta vuelve locos a todos. 

- No se asusten, es sólo un vientito fuera de lo común...ya va a parar, esta noche el sonido de la lluvia no acompañará nuestros sueños.


1.9.11

La oscuridad de nuestro país

Hay una sola justicia y parece que no está / la injusticia tiene hija, se llama inseguridad dice Ciro en "Paso a paso", me pregunto si la justicia aparecerá y dará respuestas a partir de lo que pasó con Candela...
Estamos en año electoral, todos ellos quieren nuestros votos, prometen hasta lo imposible, hablan de un país ejemplar, hablan de desarrollo, de oportunidades económicas, piden que los votemos...y ellos ¿se preguntan realmente qué es lo que necesitamos los argentinos? Nosotros debemos votarlos y...¿por qué ellos no hacen lo que deben? ¿Por qué no nos protegen?, ¿por qué no nos defienden), ¿por qué no nos cuidan?; necesitamos seguridad...Hace años que escucho que los argentinos necesitamos salir a la calle y caminar tranquilos, sin "relojear" a cada rato a lo que caminan atrás nuestro, a los que se sientan o se paran a nuestro lado en el colectivo o en cualquier lugar público...
Sres. gobernantes, DEJEN de hacerse lo sordos, dejen de enriquecerse ustedes mismos y ESCUCHEN lo que sucede en las calles argentinas, a cada rato, todo el tiempo, minuto tras minuto... NO somos marionetas estúpidas que nos "comemos" sus discursos baratos, NO somos tontos...sólo somos una nación que quiere y merece progresar...BASTA de políticos truchos que decoran el sector político de nuestro país...
Me pregunto quién necesita tantos planes "para todos": heladeras, calefones, termotanques, cocinas, bicicletas, notebooks, netbooks, milanesas, LCDs, TV satelital, fútbol, carne de cerdo, lácteos, y bla bla bla... Repito, ¿a quién le importa todo eso? A los argentinos ¡¡NO!! NO nos "conformen" con esas cosas y escuchen lo que realmente nos importa...
Tenemos un país hermoso, con todos los recursos, todos los climas, todos los paisajes, compuesto por gente con un corazón gigante y, sin embargo, la belleza del país se ve opacada por unos pocos individuos que dicen que trabajan, gobernando el país, qué paradójico, ¿no?
Si hay algo de lo que todos los jóvenes estamos seguros es que éste NO es el país que soñamos para nuestros hijos. Sres. gobernantes, depende de ustedes...

20.2.11

El Chaplin de la semana




Domingo. Ciudad de Córdoba, Argentina...
¿Por qué será que los domingos son son tan aburridos?

Estaba pensando cómo eran los domingos de antes...aquellos en los que nada me preocupaba, nada me molestaba, todo me divertía, todo era distinto.

Recuerdo que cuando era chica esperaba ansiosa el fin de semana, porque esos dos días (sábado y domingo) me regalaban mucha alegría. El sábado no significaba tanto; lo mejor de aquellos días llegaba con el domingo. Domingo. El domingo no había clases, no tenía actividades extra colegiales, no practicaba ningún deporte, mamá y papá no trabajaban y tenían más tiempo para jugar conmigo; el domingo era el día en que uno se relajaba. Mi abuela decía ( y aún hoy lo sostiene): "El domingo no se hace nada". Tenía razón. Ese día de relax dormía toda la mañana (¿a qué chico no le gusta dormir toda la mañana?); al mediodía se juntaba toda la familia en la casa de mis abuelos a comer esos ricos tallarines caseros (¡con mucha salsa!) y a compartir momentos familiares. El domingo era el día en que mi primo volvía de Rosario y compartía conmigo horas y horas de juegos y diversión. Los domingos de sol íbamos a comer asado al campo. Por la noche cenábamos en la casa de mis abuelos, mirábamos algún que otro programa de TV. y así se acababa el fin de semana. Cuando era chica disfrutaba el día domingo.

Cuando estaba en el secundario también ansiaba la llegada del fin de semana, pero tenía otros motivos. El sábado era muy importante; era sinónimo de salidas con amigos y diversión asegurada. Y el domingo...el domingo era el día de descanso. El domingo a la mañana me recuperaba de la joda del día anterior; al mediodía almorzaba en lo de mis abuelos y a la tarde volvía a reunirme con mis amigas/os: "vuelta al perro" y charlas en alguna casa (generalmente era siempre la misma casa). Charlas, mates, chismes, risas. Y otra vez comenzaba la semana.

Un tiempo después decidí venir a estudiar a la Docta. Acá los domingos no son tan lindos; acá el día domingo se vive distinto. Muy pocas veces duermo hasta el mediodía. Ahora ya no voy a comer a la casa de mis abuelos; a mi primo y a mis amigas/os ya no los veo tan seguido como antes. Ahora, en vez de tallarines caseros, como eso que se encuentra en las góndolas de los supermercados...Y asado...¿asado?, ¿qué es eso? ¡Ah, sí!, es ese olorcito que se siente el domingo al mediodía en alguna calle de Nueva Córdoba. En el departamento no se puede comer asado. "El domingo no se hace nada", decía mi abuela; ahora no estoy tan convencida de eso. Yo aprovecho el último día del fin de semana para limpiar, lavar ropa, hacer la compra semanal; en fin, el domingo hago todo lo que no llego a hacer los otros seis días. Y hay una actividad más que ahora hago y que antes estaba completamente prohibida en mis domingos: estudiar; sí, ahora los domingos son de estudio... ¿Quién lo hubiera pensado?
Depresión...
Los domingos me deprimen, porque ya no son lo que solían ser...

Aburrimiento...
Los domingos me aburro...

Tristeza...
¡Qué tristes son los domingos!

Tal vez la clave esté en recuperar la vitalidad de la niñez y mezclarla con un "toque" de la jovialidad del secundario. Habrá que ponerlo en práctica y comenzar a mezclar ingredientes...
El domingo es un día más de la semana, no puede ser tan distinto a los demás...


18.2.11

Y bueno...parece que después de taaantos años sin entrar al blog a uno se le da por volver y empezar una nueva etapa... Próximamente estaré bloggueando nuevas cosillas; los mantendré al tanto... Saludos! :)